Me dirijo a usted con un corazón lleno de gratitud y aprecio por el increíble regalo que ha traído a mi vida a través de la ritidectomía que realizó en mi rostro.
Durante años, las arrugas en mi rostro habían sido una constante recordatorio del paso del tiempo. A pesar de mi actitud positiva y confianza en mí misma, esas arrugas a menudo eran un obstáculo en mi camino hacia la plena autoaceptación. Sin embargo, su habilidad excepcional y experiencia en la ritidectomía han cambiado completamente mi perspectiva, le agradezco infinitamente.